LA COMUNICACIÓN Y PERROS EN ADOPCIÓN

Cuando hablamos de comunicación en perros en adopción, ya sea en refugios, perreras institucionales, casa de acogida, etc, es un tema complejo y extenso de explicar. 

En los humanos, las experiencias vividas y más si cabe las negativas, tienen un gran impacto en nuestra comunicación y relaciones. Con los perros pasa lo mismo e incluso se agrava más alargándose en el tiempo.
 
Cuando “hablas” con perros en adopción hay que tener varias cosas en cuenta: 
 
-Su lenguaje y comunicación estarán distorsionados por sus experiencias. 
 
  • La gestion emocional y su resiliencia tardarán un tiempo en recuperarse.
  • Los cambios de entornos y contextos les influyen de forma significativa. 
  • La relación con el humano es su primera fuente de información. 
 
Poco a poco las cosas van cambiando y ya empieza a haber una “cultura de comunicación canina”, esto ayuda enormemente a saber cómo hablan los perros realmente, que se dicen de tú a tú, y de perro a humano. 
 
En las colaboraciones que hacemos con protectoras nos dimos cuenta que necesitaban conocimientos sobre esta cultura para que sus comunicaciones y gestiones fueran más óptimas, ya que hay aspectos de su lenguaje y comportamiento imprescindibles de comprender. 
 
El lenguaje en los perros rescatados está distorsionado por sus experiencias, y esto hace que cuando hablamos con perros recién adoptados o en casa de acogida tengamos que ser muy finos para saber desgranar la parte que sí es de su comunicación real, de lo que no lo es. 
 
Aprender a observar señales importantes en perros con bloqueos emocionales, identificar señales de estrés alto, excitación alta no controlada, señales de liberación de presión comunicativa, etc, son clave para su comprensión. El nivel de alerta suele estar disparado y para que un perro en cuestión llegue a niveles de relajación óptimos puede pasar mucho tiempo, ya que los vacíos informativos que tienen son demasiado grandes, y lo peor de todo, es que no podemos darle respuestas rápidas para llenar esos vacíos. 
 
Este nivel de alerta tan alto puede durar semanas e incluso meses, creer que conocíamos al perro y como se comportaba y llevarnos una sorpresa un tiempo más tarde. El estrés alto alimenta a ese nivel de alerta, haciendo que el perro esté menos receptivo a comunicarse con fluidez, a procesar información a largo plazo, y conseguir un aprendizaje profundo que se asiente en su comportamiento. 
 
Tener los conocimientos adecuados sobre su comprensión del mundo en este estado, saber en qué nos tenemos que fijar, y cómo realizar una manipulación óptima creando un vínculo entre el perro y su guía nos ayudará enormemente a una evolución más rápida en su adaptación al nuevo entorno. 
 

ELLOS VIVEN EL PRESENTE, NOSOTROS LES CONDICIONAMOS CON EL PASADO.

TAMBIEN PUEDE INTERESARTE: