Son las 10:00 a.m. del domingo y veo en el móvil 7 llamadas perdidas de un número que no conozco.
Madre mía! Algo ha debido pasar por que 7 llamadas.
Asustado devuelvo la llamada pensando que es alguna urgencia.
Pues sí.
Me contesta María, tiene un cachorro que lleva tan solo 2 meses en casa y ya la situación es insoportable.
Por increíble que parezca el cachorro no para de morder a todos los de la familia, incluidos los niños.
Ponte en situación.
María está todo el día limpiando porque se hace pis y caca por toda la casa, y siempre huele fatal.
En ese plazo de dos meses se ha comido el sofá, y lo peor de todo es que ladra y llora cuando se queda solo, por lo que les condiciona toda su vida familiar y vecinal.
María, en mi llamada, me dice que está muy angustiada, preocupada y muy triste. No se imagina lo que puede pasar cuando el perro tenga 1 año y me reconoce que se precipitó en la compra del cachorro, pero que lo hizo por los niños.
Se siente muy frustrada porque no se ve capaz de continuar con la educación del cachorro y siente que la situación se la ha ido de las manos. Y hasta me plantea que no se ve con fuerzas de seguir con el cachorro, aunque eso le suponga un gran disgusto con sus hijos.
Piensa que la etapa de cachorro no es sencilla, pero creme si te digo que cuando llega la adolescencia puede ser mucho peor.
La educación en las primeras etapas de la vida es fundamental y, confiar en YOUTUBE, o en consejos de amigos, vecinos y demás no es una opción muy fiable , aunque se haga con la mejor intención del mundo.
Consejos como: “Cánsale todo lo que puedas y así no dará guerra”, “Júntale con muchos perros grandes y pequeño así se va acostumbrando”, “Ríñele cuando haga sus cosas en casa y felicítale cuando lo haga en la calle”, …. Estas frases fueron la guía de María durante esos primeros meses.
Esto no tiene por qué ser así.
Tener un cachorro en casa es un motivo de mucha alegría. Lo recibes con mucha ilusión y mucho cariño ¿a que sí?.
Pero hay mucho más que eso, y es que no debe convertirse en una pesadilla que te quite el sueño por la noche o el gran deseo de los pequeños de la casa.
Aquella mañana tranquilice a María, como a otras muchas personas que recurren a mi con este problema con los cachorros.
La situación de Ray, el cachorro de María, se resolvió muy pronto.